La popularización de los jardines verticales es tal que cada vez más gente se anima a colocar estructuras de este tipo en su vivienda. Las fachadas vegetales ayudan a respirar un aire más limpio y sirven como elemento de regulación de la temperatura ambiente, impidiendo los excesos térmicos.
Te mostramos algunos de los beneficios de los jardines verticales, las ventajas que supone la instalación de muros verdes en la construcción bioclimática.
¿Por qué instalar jardines verticales?
Las plantas en los jardines verticales actúan como sumideros de CO2 y transforman este gas en oxígeno, purificando así el aire. A su vez, la absorción de la luz solar durante el proceso de fotosíntesis se complementa con la reflexión de esa luz y una reducción de la temperatura ambiente.
Otro de los beneficios de los jardines verticales es que actúan como barrera natural frente al ruido, propiciando así ambientes internos más saludables. En el ámbito laboral, se calcula que estas instalaciones promueven una mayor productividad.
En los hospitales y centros de salud, los espacios vegetales estimulan una recuperación más acelerada entre los pacientes. Los jardines verticales son entornos de curación que impulsan la sensación de bienestar.
No hay que olvidar tampoco el carácter protector frente al fuego. A pesar de que los incendios forestales son muy peligrosos, los jardines de este tipo aumentan el nivel de humedad relativa. En viviendas y fincas con estas instalaciones, el valor de la propiedad aumenta.
Las paredes y muros vegetales son también una potente barrera protectora frente a inclemencias meteorológicas: lluvia, insolación, viento, altas temperaturas, alargando así la vida útil de fachadas y paredes.
Finalmente, los beneficios de los jardines verticales también se ven en el impulso a la biodiversidad, pues se impulsan hábitats saludables para la presencia de aves, mariposas e insectos. En los espacios urbanos, donde abunda el hormigón y el asfalto, los espacios naturalizados siempre son bienvenidos.